Aquí estoy postrada con inmensa melancolía,
he de confesarte, no siento los latidos de mi
corazón,
a veces pienso que se ha detenido
porque las fuerzas me han abandonado.
¡Oh amor! lamento si estas lágrimas perturban tu
paz,
solías ser la luz de mi hogar, de mi camino,
y no quiero dejarte en este lugar frío lleno de soledad.
Si me alejo, siento que no te veré jamás.
Sé que no puedo quedarme
aunque confieso, lo deseo con toda el alma,
te digo adiós y siento desprender mi esencia
como si mi alma se desgajara
El viento levanta con fuerzas
las hojas
que esparcidas se encuentran alrededor,
tal vez es solo mi imaginación
o es tu forma de decirme adiós.
Para mi Padre R.R.M. T.Q.M.