viernes, 26 de febrero de 2021

EL AMOR DE MIS SUEÑOS




CAPITULO 1 

Entre la realidad y la fantasía.

    Arrojó las maletas a un lado, se dejó caer de bruces sobre la cama; miró el techo absorta, se sentía perdida, ni siquiera sabía ella misma que estaba pasando; «un sueño, tal vez eso era, un sueño», se trató de convencer, pero pronto la presencia de su entrañable amiga Elena, le hizo confirmar la veracidad de lo que estaba ocurriendo. 

    Elena se sentó a su lado, tomando su mano, buscó su mirada tratando de entender que era lo que estaba pasando.

     —Es que no lo puedo entender amiga, Esteban es lo que todas soñamos en el colegio, el chico popular, el simpático, el deportista, el chico listo, ¡es de una familia rica¡!Están comprometidos ¡o lo estaban... —dijo con una voz baja, tratando de asimilar lo que pasaba—, es el chico del cuento de hadas que todas soñamos!, —enfatizo, escondiendo su rostro sobre sus manos con exagerada desesperación. 

    Ana Lucía la miró; era cierto, era lo que todas las chicas soñaban, y después de un largo noviazgo, ella misma lo había alejado de su vida. 

     —Elena, —musitó Ana mirando dudosa a su amiga antes de preguntar, presintiendo que no tendría una respuesta lógica de parte de su amiga, ya que ni ella misma sabía cuál era la respuesta apropiada.

    —Tras un silencio, al fin pregunto—, tú crees que nos podemos conectar con alguien...—se detuvo y miró ansiosa a su amiga—, alguien que exista en alguna parte, que se conecte atreves de los sueños...—dijo con voz apagada, apenas audible.

    —¿Cómo que a través de los sueños?, que…. sueños.... me estás diciendo que alguien que no conoces, pero lo ¿sueñas? —Elena miró a su amiga incrédula.

    —Sí, —afirmo apenada Ana Lucía, sabía lo absurdo, que se oían, sus palabras—. Ana se puso de pie, no pudo soportar la inquisidora mirada de su amiga. 

    —Alguien que sueñas por mucho tiempo y aunque al principio no sabes quién es, lo conoces, te sonríe, camina a tu lado, te toma de la mano, te dice palabras lindas, te enamoras y sientes que ya es parte de tu vida...

   —Para, para, por favor, —suplicó Elena—, no, los sueños, sueños, son, despiertas y ya no existen más, bienvenida al mundo real, donde hay alguien que sí existe, que es real, que te quiere, —enfatizo enérgica.

      —No entiendes Elena, es confuso, es como si viviera dos vidas, una con Esteban y otra con..., —se detuvo un momento avergonzada—, no sé.... su nombre… yo no sé cómo se llama... en mis sueños, es como si lo conociera de hace mucho tiempo, es como si siempre hubiéramos sido amigos.

    —¡Ana Lucía!, ¡no se!, puede ser tu vida pasada, eso de la reencarnación, tu vida futura, que se yo. —respondió desesperada Elena, al borde de la desesperación—, solo sé que Esteban es tu presente. 

  —Mañana, estarás más tranquila y encontraremos una solución, te lo prometo.